UN PUENTE PECULIAR

La historia del puente más peculiar de toda Italia y posiblemente de Europa, el Puente Vecchio, se remonta hasta la época romana cuando la Vía Cassia atravesaba el río Arno por su lugar más estrecho a través de un pequeño puente. Las inundaciones del río Arno destruían el puente existente una y otra vez, pero se volvía a construir siempre que era necesario, hasta que se construyó el Puente de Carraia en 1218.
El Puente Vecchio albergaba ya en el siglo XIII tenderetes de comerciantes y artesanos. Además de los curtidores que necesitaban el agua del río para su trabajo, también estaban los pescadores. Pero finalmente se impusieron los carniceros que eran cada vez más numerosos y el género, así como los desechos  que no se vendían, se arrojaban al río.
Las distintas tiendas, se alineaban simétricamente a ambos lados del puente, esta disposición se cambió en el año 1495, cuando la urbe de Florencia hasta entonces propietaria y arrendadora de los tenderetes, se vio obligada a vender las parcelas por motivos económicos.
A partir de esa época los establecimientos empezaron a agrandarse y se multiplicaron los voladizos y que hoy determinan la imagen del puente.
En el año 1565 Vasari terminó la construcción del corredor  que enlaza los Uffizi con el Palacio Pitti a través del Puente Vecchio, hasta que el gran duque Fernando I, usuario de este corredor expulsó a los carniceros en el año 1593 ya que el olor en ese lugar era nauseabundo.
Con esta disposición quería evitar ese espectáculo a los visitantes extranjeros en su trayecto hacia el Palacio Pitti, sede de la familia granducal.
Las carnicerías fueron reemplazadas por joyerías y orfebrerías que siguen ocupando en la actualidad los voladizos del Puente Vecchio.
En el año 1944 las tropas alemanas de ocupación destruyeron todos los puentes de la ciudad a excepción del Puente Vecchio y de este modo se preservó la imagen del puente más antiguo y más famoso sin duda de Florencia.